Allí, en la cochera de Santa Nonia, el Abad de la Cofradía acudía para desearnos un buen viaje, como hizo dias antes el Vice Abad en el último ensayo previo al Cogreso. Al día siguiente nos volveríamos a ver, pero esta vez en la capital andaluza.
Tras muchas horas de camino a las 9:15 horas llegábamos al hotel. Algunos viajeros adelantados habían pasado la noche anterior en él, ejerciendo entonces de perfectos huéspedes para los recién llegados. Un salón sirvió de almacen provisional de nuestros enseres hasta que nos dieron las habitaciones definitivas. En ese lapso de tiempo primeras visitas al Cachorro, la O, la Estrella, Triana o en otra dirección al Gran Poder, el Silencio o Los Gitanos.
Tras la comida, primera cita importantísima: concierto en la Basílica de la Macarena. Puntualmente, a las 5 de la tarde, toda la Agrupación Musical y los acompañantes se reunieron en las puertas del hotel, con instrumentos, uniformes y muchos nervios.
Junto a dos colaboradores del Congreso (Pacho, mucho ánimo de toda la banda en estos difíciles momentos) se puso rumbo a la Campana, desde donde iniciaríamos un recorrido en ordinario que nos llevaría a la Basílica poco antes de las 6 de la tarde. Dos momentos especialmente reseñables en el trayecto; la parada ante la Hermandad del Rocío de la Macarena, que abrió sus puertas al paso de la banda y que pidió que ésta interpretase una marcha ante ella, y el paso de toda la banda, sonando Ganando Barlovento, bajo el Arco de la Macarena.
Sin tiempo para asimilar todas esas sensaciones, enseguida nos colocaron en el altar de la Basílica, donde la Agrupación interpretó las marchas "Orando al Cielo", "Sangre en tus Clavos", "De tus Penas Soleares" y "Redención, Pasión y Amargura".
Sin duda una fecha y un concierto que todos los presentes no olvidaremos nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario